Blog

DSC_0476
© Esther Sorribas

Todas las personas procedemos de la misma fuente y regresamos a esa misma fuente.
Todos hemos de aprender a amar y a ser amados incondicionalmente.
Todas las penurias que se sufren en la vida, todas las cosas que podríamos considerar castigos de Dios, son en realidad regalos. Son la oportunidad para crecer, que es la única finalidad de la vida.
No se puede sanar al mundo sin sanarse primero a sí mismo.
Si estamos dispuestos para las experiencias espirituales y no tenemos miedo, las tendremos, sin necesidad de un gurú o un maestro que nos diga cómo hacerlo.

Cuando nacimos de la fuente a la que yo llamo Dios, fuimos dotados de una faceta de la divinidad; eso es lo que nos da el conocimiento de nuestra inmortalidad.
Debemos vivir hasta morir.
Nadie muere solo.
Todos somos amados con un amor que trasciende la comprensión.
Es importante que hagamos lo que nos gusta hacer. Podemos ser pobres, pasar hambre, vivir en una casa destartalada, pero vamos a vivir plenamente. Y al final de nuestros días vamos a bendecir nuestra vida porque hemos hecho lo que vinimos a hacer.
La lección mas difícil de aprender es el amor incondicional.
Morir no es algo que haya que temer, puede ser la experiencia más maravillosa de la vida. Todo depende de cómo hemos vivido.
La muerte es sólo una transición de esta vida a otra existencia.
Todo es soportable cuando hay amor.
Mi deseo es que usted trate de dar más amor a más personas.

LO ÚNICO QUE VIVE ETERNAMENTE ES EL AMOR.

Texto del libro «La rueda de la vida» de Kübler-Ross

Otras reflexiones de la autora…

– Nuestro hoy depende de nuestro ayer, y nuestro mañana depende de nuestro hoy.

– ¿Te has amado hoy?

– ¿Has admirado y agradecido a las flores, apreciado los pájaros y contemplado las montañas, invadida por   un sentimiento de reverencia y respeto?.

¿Qué piensas?