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Tristeza 2
Ilustración Esther Sorribas

…De pronto, algo golpeó suavemente mi corazón.
Cerré los ojos y puse mi mano sobre él.
Tuve la sensación que Alguien me venía a buscar.
 “¿Eres tú, Tristeza?, ¿qué vienes a decirme?», pregunté…
 “Está bien”, le dije, “te abro las puertas de mi corazón”.
Y así es como empezó nuestro viaje…

 

Tristeza, dulce Tristeza, víveme cuánto quieras.

Yo te abrazaré las veces que sean necesarias,
porque allí donde quieras que vaya encontraré amor.

Te acompañaré y me acompañarás.
Juntas andaremos por caminos desconocidos.
Está bien no saber a dónde vamos.
Contigo no hay mucho que pensar, ni hacer, ni añadir, ni entender.
Y lo que tenga que entender ya lo entenderé.

Así que iré contigo a llorarte, sin lamentos, a sentirte, escucharte, gritarte, abrazarte, aceptarte y honrarte.
Te honraré porque formas parte de mí y de este camino que es la Vida.

Y no me recrearé en ti.
Sólo te viviré lo necesario.
Te dejaré ir cuando sea el momento.

Mas, no sufriré. Y sí, me dolerás, suave y delicadamente.
Mientras estés aquí, yo observaré tu danza envolviendo de soledad mi cuerpo y mi alma.
Este es una baile donde sólo caben dos. Tú y yo.

Dancemos juntas hasta que se agote tu tiempo y mi tiempo.

“No tengas prisa”, me susurras al oído.

Será entonces cuando te desdibujarás y marcharás.
Nacerá un nuevo espacio donde otras vivencias llegarán.

Será entonces cuando despertaré en calma más plena y consciente, más libre…
Cuando podré ver la belleza de los ojos de aquél que me hirió.
Porque sabré que, simplemente, no supo hacerlo mejor, nada más.
Y será entonces cuando veré la belleza de las heridas que dibujan mi cuerpo, de los miedos que recorren mi alma y de la fragilidad de todo mi ser.

Sí, me entrego a ti Tristeza como un acto de amor hacia mí.

Transitemos unidas este camino que, a cada paso, me acerca al corazón.
Llévame a un lugar interno de calma, aceptación, amor y libertad.
Allí me aposentaré.
El recuerdo que duele se irá, el recuerdo que ama permanecerá.
El dolor dejará de doler.

Gracias Tristeza.

…¿Qué vienes a decirme Tristeza?.
Viniste para decirme tantas cosas…

 

¿Qué piensas?