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Dos
©Esther Sorribas

Encuentro un espacio interno donde mi hombre y mi mujer internos dejan de luchar, de confundirse, de enjuiciarse, de perderse.
Un lugar donde por fin se miran, se ven y se dan la mano.
Un lugar donde conviven en paz, descansan y sueltan todo lo que ya no necesitan.

Encuentro luz y fuerza en cada uno de ellos.

Hombre y mujer viven en mí en libertad y danzan en un baile de amor.

Hoy soy la mujer que mira al hombre y ve toda su belleza, que mira a la mujer y ve toda su belleza.
Y la belleza de ambos es mi belleza.

Hoy no sé dónde empieza uno y acaba el otro y está bien así.
Simplemente, dejo que dancen dentro de mí.

Gracias padre, gracias madre.

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